Cuando llega el calor del verano es tentador bajar la temperatura del termostato, pero hay otras formas de mantener un ambiente fresco y al mismo tiempo controlar el confort y la factura de la luz.

Elegir hábitos de eficiencia energética durante la temporada de más calor te ayudará a prepararte para los periodos de calor extremo y los picos en la demanda de electricidad. Al disminuir el consumo durante las horas más calurosas del día, de las 2 a las 9 p. m., reducirás el esfuerzo del aire acondicionado y conservarás energía cuando más importa.

• Aumenta la temperatura del termostato 4 °F cuando salgas de tu casa por más de 4 horas.
• Sube tu termostato de 2 a 3 °F entre las 2 y las 9 p. m., y usa ventiladores para sentirte de 4 a 6 °F más fresco.
• Utiliza el lavaplatos y la lavadora después de que se ponga el sol.
• Ponle un temporizador a la bomba de la piscina para evitar que esté encendida continuamente.
• Reduce la acumulación de calor hasta en un 33% con persianas y cortinas que bloqueen el sol.
• Evita las cargas fantasma —la energía que consumen los aparatos cuando están apagados pero siguen enchufados a un tomacorriente— desenchufando todos los aparatos electrónicos que no estés utilizando.
• Coloca burletes o masilla en las puertas exteriores para mantener fuera el calor.
• Apaga las luces de las habitaciones, las oficinas y los espacios de trabajo vacíos.
• Enciende luces solo en las áreas donde las necesitas en lugar de iluminar toda la habitación.
• Cocina al aire libre para evitar que aumente el calor en toda la casa.

No tienes que esperar a que la demanda de electricidad sea alta para reducir tu consumo. Tenemos consejos y trucos para ayudarte a optimizar la eficiencia energética y ahorrar en tus gastos de electricidad.

• Mejora la calidad del aire interior, promueve la eficiencia energética y prolonga la vida de tu aire acondicionado con afinaciones regulares.
• Cambia los filtros del aire acondicionado cada 30 días para un funcionamiento óptimo.
• Para ahorrar energía, carga tus dispositivos antes de acostarte, en lugar de tenerlos cargando toda la noche.
• Seca la ropa pesada y la liviana por separado para que todo se seque uniformemente, o cuélgala a secar al aire libre.
• Mantén tu congelador lleno para que enfríe mejor, ya que así el aire frío se distribuye más uniformemente.
• Comprueba que tu calentador de agua esté a 120 °F para que tenga una eficiencia óptima.
• Haz que le den mantenimiento a tu sistema de calefacción, ventilación y aire acondicionado cada año antes de la primavera.
• Inspecciona el aislamiento de tu ático para asegurarte de que no esté mojado, tenga moho o esté dañado, lo cual hace que tu aire acondicionado trabaje más.
• Sella cualquier hueco, rasgadura o abertura en los conductos por donde pueda escaparse el aire frío.