Derribando Mitos Comunes sobre el Ahorro de Energía
Publicado el: September 24, 2019
Cuando se trata de ahorrar energía, existen numerosas historias antiguas al respecto. El sentido común no siempre permite ahorrar dinero y hacer lo que crees que es efectivo no siempre es la mejor solución. Revisa algunos mitos que deberás evitar si deseas bajar tu factura de energía.
“Dejar las luces encendidas consume menos energía que si las enciendes y las apagas”: Seguro, encender la luz consume una pequeña cantidad de energía, pero si piensas que esa cantidad significa más energía que dejarlas encendidas, estás equivocado. Además, encender y apagar las luces no acortará su vida útil.
“Bajar el termostato refrescará mi casa más rápidamente”: Cuanto más bajo el número, más rápido el cambio de temperatura, ¿no? Error. Las unidades de aire acondicionado (y calderas) siempre, siempre funcionan a la misma velocidad. Un mayor cambio de temperatura solo requerirá que funcione por un período más largo de tiempo para alcanzar la configuración deseada.
“Cerrar las ventilaciones reducirá los costos de energía”: Esto es contradictorio: cerrar la ventilación de una habitación no beneficia realmente a las habitaciones en que las ventilaciones están abiertas. De hecho, no solo no redirige el aire, sino que corres el riesgo de provocar la acumulación de presión, lo que ocasionaría pérdidas en los conductos y de energía.
“Las bombillas halógenas son las mejores”: Las bombillas halógenas no son las mejores. Consumen más energía que las bombillas LFC y LED, y su duración es menor. Las bombillas halógenas pueden ser mejores que las incandescentes estándar pero benefíciate cambiando por las bombillas LFC y LED.
“Las bombillas LED son más costosas que las comunes”: Ver el precio cuando están en las góndolas, una junto a la otra, es decepcionante. Esa etiqueta de precio no toma en cuenta que una bombilla LED tiene una duración de hasta 50 000 horas. O dicho de otra forma, las bombillas LED pueden estar encendidas durante 12 horas por día, 11 años corridos y consumir menos energía a lo largo del tiempo. Esa es una inversión que realmente te recompensará.
“Lavar los platos a mano ahorra más que un lavavajilla”: Casi todos los lavavajillas ahora están diseñados teniendo en cuenta el ahorro de energía. A menos que estés sumamente atento de abrir y cerrar el grifo mientras lavas y enjuagas los platos, puedes ahorrar agua y energía si simplemente los colocas en el lavavajilla.